Por: Pilar Serna. Nutricionista-Dietista de Sípuedocomerlo!
Sabías que existen más de 200 variedades de pasta: espagueti, cabellos de ángel, macarrones, fideos,fetuccini, lasaña, tornillos, mariposas, raviolis, tortellini, penne, caneloni,etc. Son muy deliciosas…y son una tentación al paladar.
¿Qué es lo que hace que las personas diabéticas les teman a las pastas?
La pasta básicamente está hecha de harina de trigo, procedente del durum (especie común del cereal trigo), agua, sal, algunas vienen enriquecidas con huevo. Normalmente se utiliza la preparación tradicional italiana, pero también existen otras variedades de pasta como la oriental que es la pasta de arroz y existen otras en el mercado más recientes como la de quinoa.
Hoy vamos a hablar de la pasta tradicional, la de harina de trigo, agua huevo y sal. Hay algunas enriquecidas con fibra, o vitaminas y minerales.
las pastas enriquecidas contienen nutrientes como sales minerales, vitaminas del grupo B, E, ácido fólico y fibra.
Son una fuente de carbohidratos complejos 60 – 70%, que como ustedes saben ya, se convierten en glucosa lentamente, y si no se consumen en proporciones adecuadas pueden llevar a una descompensación glicémica, tambien tiene proteína: gluten y nada de grasas.
El valor calórico de 100 gramos de pasta es de 360 calorías. La porción recomendada para una persona diabética es de aproximadamente 40 – 60 gramos sin contar los ingredientes adicionales a su preparación.
El problema aquí no es la pasta en sí, sino sus acompañantes: salsas de quesos maduros, cremas, queso parmesano u otros quesos que pueden llevar a un aumento de peso o a un aumento de la glicemia en sangre.
Las pastas logran una estabilidad metabólica, si se combinan con otros alimentos como verduras, carne, pollo o ensaladas y teniendo cuidado de la porción, además es indispensable elegir aquellas que estén preparadas en salsas que no aporten tantas calorías como la salsa napolitana.
El secreto para el consumo de una buena pasta es no dejarla cocinar mucho, sino dejarla al dente, es decir que no esté totalmente cocida, sino que se vea una línea delgada en su interior.
Es costumbre acompañar la pasta con pan pero un diabético no la debe acompañar de ningún otro carbohidrato sino de vegetales y proteína.
Sugerencia de consumo: 1 vez por semana, y preferiblemente la integral.
¡SÍ PUEDO COMER PASTAS CON MODERACIÓN!
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